Beauty Tech. Los estrategas de diseño de producto detrás de los teléfonos móviles y las redes sociales se dieron cuenta que la belleza era, y es, un valor agregado apetecido por sus usuarios. Así surgen las funcionalidades que permiten que esa fotografía tenga “algunas mejoras”, unos “pequeños retoques” que en segundos hacen más de lo que haría una ida al cirujano.
La funcionalidad “belleza” en los celulares te permite corregir TODO lo que imaginas y lo que no sabías que era posible corregir en una foto. Obtienes en fracciones de minutos esa foto soñada sin ojeras, sin líneas de expresión y edad, con dientes blancos, bronceado y más.
Las redes sociales con sus filtros se dieron al trabajo de idealizar nuestra imagen al punto que muchos no son capaces de subir una foto sin que haya pasado antes por el filtro de moda o el que les va mejor.
¿Usas filtros en IG? ¿Cuál es tu favorito?
La industria de la belleza vio una oportunidad de marketing poderosísima y masiva haciendo virales, en cuestión de horas, sus contenidos, el lanzamiento de nuevos productos y técnicas de la mano de las usuarias/os amateurs que en poco tiempo se posicionaron como “influencers” orgánicos.
Así surgió el negocio de las ventas de luces ring en tres tonalidades, los trípodes, las cámaras y espejos para grabarse mientras se maquillan y promueven tutoriales. Beauty Tech
Las marcas de cosméticos y cuidado personal, procuran enviar sus productos, en paquetes de regalo para que sean probados y utilizados por estos, “ahora”, expertos en maquillaje y por supuesto que también, graban videos profesionales de sus embajadores de marca, expertos, artistas del make up para que dicten asesorías “gratuitas” y rápidas en sus redes sociales.
La pionera fue sin duda SEPHORA que de la mano de Bridgete Dolan, responsable del departamento de innovación. Dio un salto y volvieron a mirar hacia la tecnificación de procesos y convirtiendo los teléfonos móviles en magnetos para atraer a las usuarias.
Ella dice que sus tiendas están enfocadas en que, en todos los canales, lo que llamamos “Omicanalidad”, la usuaria viva una experiencia inolvidable.
La experiencia la vives en todas sus tiendas y canales de comunicación con el cliente, desde gemelos digitales, reviews, ofertas, ser capaces de ver como un tono de maquillaje se ajusta a su color de piel, agregar a la canasta de compra en el celular de forma que al llegar a la caja ya tengas, adelantado el proceso. Son solo algunos de los trucos que hacen al visitar una tienda SEPHORA, y si entras a la tienda de Paris, un robot te recibe y despide, todo un viaje al Disney de la belleza.
Años más tarde llegan otras marcas a proponerse ser la compañía de tecnología de belleza número 1 en el mundo, porque se han dado cuenta que la digitalización ha cambiado radicalmente la cadena de valor. Otras empresas reactivan y fortalecen sus plataformas de e-commerce, experiencias de las usuarias y todo lo que puedan en redes y el ecosistema digital.
Con la idea de la “ultrapersonalización” de las marcas y experiencias de usuarias surgen nuevas propuestas que utilizan inteligencia artificial para descubrir el tono ideal de la base para maquillaje, el tipo de piel y las particularidades para ofrecerle a la usuaria productos a la medida para mejorar su piel.
Algo similar ocurre con el cabello, las tinturas y las aplicaciones que con un selfie son capaces de sugerir colores y dejar que el cliente pruebe digitalmente como se vería con el tono seleccionado.
¿Dónde dejamos los espejos con sensores? ¿Las aplicaciones que te permiten ver maquillada en instantes?
Definitivamente que la inteligencia artificial da para mucho más y con el pasar del tiempo estará más que presente en nuestras vidas cuando las mujeres pasemos de compradoras a productoras en masa de tecnologías para vivir mejor. Beauty tech