Hablemos de cambio. El tiempo en el que vivimos lo han bautizado con el acrónimo VUCA, Volátil, Incierto (uncert en inglés), Cambiante y Ambiguo. Pero ¿Esto es realmente cierto? ¿Es realmente así? O sólo nos están vendiendo cuentos de terraplanismo.
Pongo el ejemplo de las comunicaciones: ¿En cuántos años las comunicaciones pasaron de ser únicamente escritas a radiofónica? Si la imprenta se creó en 1440 y las primeras transmisiones radiofónicas se realizaron en 1894, estamos hablando de 3 siglos. Ahora, si pensamos de ese momento de la radio, a la primera transmisión en la televisión blanco y negro en 1946, estamos hablando de tan sólo 52 años. Si comparamos con lo anterior fue un parpadeo. Sin embargo, de blanco y negro a color sólo fueron 15 años, ya que en 1968 se emitió el programa That Girl en la cadena ABC, a color. Y los cambios no han parado, tecnicolor, creación de la primera PC, hasta tener una computadora en nuestros bolsillos.
Si miramos atrás donde los cambios para nuestros antepasados tomaban siglos, para nuestros tatarabuelos décadas, para nuestros abuelos años, nuestros padres lustros y en nuestros días sencillamente vivimos en el cambio.
Podemos encontrar muchas similitudes en el comportamiento de las especies con la vida de nuestras empresas.
Las especies que sobreviven no son las más fuertes, ni las más rápidas, ni las más inteligentes; sino aquellas que se adaptan mejor al cambio.
Charles Darwin
Pero, ¿qué hacemos para que nuestras empresas pasen de las cavernas a la luz? Si por tu mente pasa tecnología, te puedo asegurar que si, pero no. Es que no se trata de un software para la empresa, tampoco de una página electrónica bonita y mucho menos un asunto de servidores. Es un cambio de mentalidad. Y para cambiar el “mindset” tenemos que involucrar a las personas en el cambio.
Lo primero en definir es el rumbo y esto se realiza creando un plan estratégico para nuestra organización, dicho en otras palabras es ¿cómo vemos a nuestra empresa en el futuro? Pero no sólo eso, tenemos que incluir en el plan ¿cuáles recursos que vamos a destinar? y lo más importante, ¿cómo vamos a implementar?
En los 80s los planes estratégicos se hacían proyectando de 10 a 15 años, hoy no pueden pasar de 2 años. Esto implica que nuestras organizaciones mutan, pero es imposible el cambio sin incluir una cultura de cambio.
No tiene sentido que se implemente por ejemplo un sistema para organizar las tareas de los equipos de trabajo, en donde sabemos qué está haciendo cada quien; de esta manera ver quien está sobrecargado de trabajo y qué unidad esté con poca carga para asistirlo, esto suena genial. Pero si las personas que tienen que utilizar el sistema, no creen en eso, y no cargan la información, no va a lograr el objetivo y va a ser una perdida de dinero. El alpha y omega del cambio son las personas, la tecnología sólo es el detonante.