Una vez me preguntaron, ¿en un equipo de ciclismo quién marca el ritmo del equipo? Yo pensé que la tenía clarísima, y respondí sin titubear “EL LÍDER”. Me esbozó una sonrisa y me dijo: “pues no, quién marca el ritmo de un equipo es el más débil”.
Hace mucho leí en un artículo, para dar crédito al autor, decía lo siguiente: “Para las organizaciones es mejor tener a un colaborador malo que uno mediocre, porque el malo lo botas en cambio el mediocre oculta su desidia en el servilismo y puede permanecer por años”.
En mis equipos de trabajo he tenido los dos casos, personas mediocres con potencial y personas digamos débiles con potencial. La diferencia entre los del primer tipo y el segundo es que si les das las herramientas adecuadas, si dejas que tomen sus decisiones y que afronten las consecuencias, sin duda crecen. Ya que se conviertan en líderes, es otra historia.
En una de las innumerables jornadas extendidas que he tenido, lo usual, un proyecto con tiempos de entrega muy ajustado, varios proyectos corriendo al mismo tiempo, a dos días de la presentación al cliente. Muy internada la noche, tomamos un descanso para que un desarrollador y yo tomáramos un café. Mientras se hacía el café, yo le pregunto ¿Alguien te ha dado la oportunidad de diseñar, en trabajos anteriores? A lo que me responde “No, nadie ha creído en mí”. Terminamos el proyecto y fue un éxito, en gran medida por el buen trabajo que hizo el desarrollador.
Semanas después, la oficina en otro oleaje de proyectos, los arquitectos líderes a tope. Le digo a el desarrollador “querías una oportunidad, aquí la tienes, ven que te explico el proyecto que vas a diseñar”.
Un par de días después me dice, que hago aquí y acá. Mi respuesta fue “no se, es tu proyecto, tu tomas las decisiones. Te daré mi opinión de esto y aquello, pero el proyecto es tuyo”.
Si le hablas para abajo a un cabrón, se va sometiendo, hasta el punto que lo descerebraste. Haz de cuenta que, cada vez que le dices qué hacer, estas agarrando una cuchara y le estás sacando una pinche cucharada de cerebro.
Carlos Muñoz
Ahora tengo un líder a costo cero en mi equipo y puedo asegurar algo, si hay algo caro hoy en día es adquirir líderes para las organizaciones.