¿Los Guardianes o los Dueños del Internet? El pasado miércoles 29 de julio fui víctima de una envidia enorme al ver a los CEOs de cuatro de las empresas de tecnología más poderosas del mundo rindiendo cuentas respetuosamente, al ser interrogados por Congresistas Estadounidenses ¡por más de cinco horas!
Aunque sea más por miedo que por genuino respeto, ¿se imaginan que hubiese el mismo miedo a la ley y exigencia de rendición de cuentas en nuestros países latinoamericanos?
El Sub Comité Judicial Anti-Monopolio de la Casa de Representantes del Congreso de Estados Unidos llevó a cabo una investigación por más de un año, recolectando más de 1.3 millones de documentos y cientos de horas de entrevistas.
Es por esta razón que las poco atemorizántemente llamadas GAFAs (Google, Amazon, Facebook y Apple), comparecieron ante el Sub Comité y fueron fuertemente acusadas e interrogadas, principalmente por afectar la competitividad del mercado, y en alguna medida también por temas de censura política y esparcimiento de “fake news”.
Por más de cinco horas los CEOs respondieron y/o evadieron fuertes preguntas de Representantes de ambos partidos políticos, transmitido virtualmente a través de Cisco Webex en vez de Zoom por si se lo preguntaban. Aquí pueden ver la transcripción completa, y aquí un resumen de las preguntas que no respondieron.
De por sí es entretenido ver a los hombres más poderosos del mundo sudar por más de cinco horas, y también tenemos el típico show político de ver a Representantes tratando de entender cómo funciona el internet - por ejemplo el representante Jim Sensenbrenner le preguntó a Mark Zuckerberg por qué los conservadores son “censurados” en Facebook, argumentando que el Presidente Trump había sido eliminado de la plataforma esa semana por compartir un video conteniendo información falsa. A lo que Mark respondió respetuosamente que fue Twitter y no Facebook quién hizo eso (¡bastante aliviado seguro!).
Pero, además de estas razones divertidas, lo cierto es que todos somos afectados por cómo trabajan estas compañías. Casi todas las cosas que hacemos relacionadas al internet, lo hacemos muy probablemente a través de Apple, Facebook, Amazon o Google.
Si no me creen piensen en todo lo que hacen online: leer, escuchar música, comprar, investigar, conectar con amigos, correos. ¿Qué proveedor usan? ¿De qué marca es el dispositivo o el software que usas para leer este mismo artículo?. Hasta lo que uno pensaría que son excepciones dependen de estas empresas para poder prestar sus servicios:
Netflix compite con Amazon Prime Video y Apple TV, pero usa Amazon Web Service para host su contenido y debe ser descargado a través del App Store; incluso piensa en el correo que necesitas para iniciar sesión.
Igual pasa con Spotify para música, y otros servicios, como Uber y Lyft que dependen de google maps para funcionar. O hasta Ebay, que usa los Amazon Fulfillment Centers para entregar productos.
Probablemente solo encontraste las cosas que te gustan en el internet porque las buscaste con Google. Aquí pueden ver la distribución del mercado de búsquedas de Estados Unidos, donde Google representa el 87.61% a julio de 2020. Admitámoslo, la única razón por la que todavía se usa Bing es porque hay gente que no ha cambiado el buscador predeterminado en las computadoras del trabajo.
El Wall Street Journal publicó hace casi dos años que estos gigantes tecnológicos han comprado más de 400 compañías y startups en los últimos 10 años. Esto no ha cambiado a la fecha. De hecho, para muchas personas pensar en internet es pensar en estas empresas (especialmente porque muchos proveedores venden celulares con Whatsapp, Facebook y Google pre instalados).
El mercado digital mainstream actual pertenece a las GAFAs casi en su totalidad, y eso sin mencionar a Microsoft, que se salvó de ser citado pero [no está exento del escrutinio](https://archive.nytimes.com/www.nytimes.com/library/tech/98/03/biztech/articles/04microsoft.html https://www.instapaper.com/read/1328644313) (me encanta como la historia es cíclica).
Para países como los nuestros, en donde no hay una gran inversión en infraestructura ni en desarrollo e innovación tecnológica, dependemos en gran medida de estos gigantes. Prácticamente estamos a su merced, y cada día más a medida que nuestras economías se digitalizan, aunque no nos guste admitirlo.
En muchos casos se requieren cambios sistémicos, pero si quieren saber más de qué pueden hacer como individuos, pronto podrán ver un artículo que escribí resumiendo algunas sugerencias para evitar usar los servicios de estas grandes compañías.
Esta investigación está basada en las leyes Anti Monopolio de Estados Unidos, pero tienen varios componentes bien interesantes. En principio, estas leyes fueron creadas para evitar que el consumidor sea afectado con precios elevados arbitrariamente por un grupo económico que controla el mercado. El clásico ejemplo son compañías de trenes y de acero en los siglos anteriores, que crecieron tanto que ponían el precio a su antojo.
Si embargo, este caso es diferente. De hecho, las GAFAs nos brindan muchos servicios “gratuitos” que mejoran nuestras vidas tangiblemente. Se puede argumentar que es por su gran tamaño que el consumidor final se puede beneficiar, e inclusive empoderar para llegarle a mercados muchos más grandes. El detalle está en que sólo le puedes llegar a esos mercados más grandes a través de estas plataformas.
De por sí el tema es complicado, pero el enfoque es en la conducta de estas empresas, en vez de afectaciones tangibles al consumidor final. Es sobre si estas empresas han movido la balanza a su favor en una manera que afecta negativamente al mercado y a la competencia, que termina a su vez siendo un detrimento al consumidor individual. La pregunta esencial es ¿estas empresas están haciendo trampa para ganar?.
Una gran “defensa”, o más bien forma de esquivar estos cuestionamientos, que usualmente se menciona que estas empresas emplean a miles de personas y contribuyen enormemente al desarrollo económico de Estados Unidos y de muchos otros países.
Una cosa no quita a la otra. Empresas que crean trabajos, apoyan a pequeñas empresas y son un motor económico positivo igual pueden romper la ley y ejercer injustamente su poder e influencia. Si robaste pero hiciste, igual robaste. Para entender mejor la situación, vemos de qué se le acusa a cada una:
Las acusaciones a Amazon se basan principalmente en que utiliza su tamaño descomunal (40% del mercado digital según EMarketer) para competir injustamente. Amazon se defiende argumentando que lo hacen para beneficiar al consumidor.
Han habido reportes de casos en que Amazon usa su influencia para que los vendedores suban los precios de sus productos en otras plataformas, como por ejemplo la tienda digital de Walmart. Amazon monitorea los precios constantemente en su plataforma y en otras, y si encuentra que los productos son más caros en Amazon, le notifica al vendedor y hace a esos productos difícil de encontrar y de comprar, efectivamente penalizando al vendedor.
La idea supuestamente es que los vendedores bajen sus precios en Amazon y beneficiar el consumidor, pero ese no ha sido el resultado en la práctica. Como los vendedores dependen mucho de Amazon, prefieren subir sus precios en las otras plataformas.
Esto combinado a fees que han subido recientemente hasta 40%, acusaciones de que Amazon usa la data de los vendedores para sacar sus propios productos y luego esconde a sus competidores, y reportes de que han favorecido injustamente los envíos de sus propios productos en esta Pandemia.
Además, es difícil de darle seguimiento propiamente a muchos de estos temas. Hay tanta información en la plataforma de Amazon, que los vendedores muchas veces tienen que pagar ads para tener prioridad, sin saber si están siendo injustamente penalizados por ser competidores.
En 2004, el co-fundador de Google Larry Paige dijo que:
“Queremos sacarte de Google y llevarte al lugar correcto lo más rápido posible”.
Las acusaciones a Google hoy en día se basan en que esa filosofía cambió en algún punto. Hagan memoria, ¿cuáles usualmente son los primeros resultados de nuestras búsquedas en Google?
Los reportes indican que Google injustamente beneficia sus propias páginas en los resultados, como Google Hotels, Google Translate o Google Flights. E incluso que sus Direct Answers, que usualmente son el primer resultado que nos sale en una búsqueda sin tener que abrir ningún link, contiene información copiadas de otras fuentes, muchas veces sin el conocimiento o consentimiento de las mismas.
El caso más famoso es el de Yelp, quien se ha quejado por años de Google por hacer scrapping de su información sin permiso.
Aunque Google se defiende argumentando que esto lo hacen para beneficiar al usuario, que lo que quiere es información rápida, no hay duda de que existe un claro conflicto de interés pues Google hace cinco veces más dinero a través de sus propias páginas que a través de páginas de terceros.
Considerando que ya vimos que prácticamente 9 de cada 10 búsquedas suceden en Google, los efectos de esto han sido enormes para páginas como Expedia.com y Booking.com, y muchas otras que ya no reciben el mismo tráfico.
Incluso, hay reportes de Google premia a quienes usan su programa Accelerated Mobile Pages (AMP) para host sus páginas web, al mostrar los resultados sin necesidad de abril el link, aunque los usuarios puedan encontrar mejores respuestas a sus preguntas en otras páginas que salen más abajo en los resultados de la búsqueda.
Ya han habido varios resultados legales favorables a Google, como una decisión de la Federal Trade Commission de Estados Unidos en 2013 que decidió que resaltar sus propios productos puede ser justificado como innovaciones que mejoraron el producto de Google, o una decisión del High Court Británico de 2016 en que se decidió que mostrar resultados de Google Maps para búsquedas de ubicación no era un abuso de su dominio de mercado. Igualmente, parece que el tema no está totalmente decidido y puede ser que se proponga nueva legislación que diga lo contrario.
Las acusaciones de Apple son relacionadas principalmente al App Store, que generó más de $50 mil millones en ventas el año pasado. Apple introdujo el App Store en 2008 y rápidamente revolucionó la industria de teléfonos móbiles, creando un nuevo marketplace para que la gente pueda descargar juegos, herramientas para el trabajo y redes sociales. Hay más de dos millones de apps disponibles en el App Store.
Principalmente, las quejas vienen de que los Apps de Apple son premiados por el buscador, aunque no tengan que ver con la búsqueda. Altos ejecutivos de Apple han defendido a la compañía de la manera más Apple posible al decir que ya se ha cambiado la manera en que funciona el buscador, pero que no fue corregido - fue mejorado.
Tu siempre sabes qué decir Apple. Igualmente probablemente seguirá la presión para que las reglas con que se muestran las aplicaciones en el App Store sean más transparentes y justas. Una demanda actual contra Apple argumenta que el monopolio de Apple en la distribución de los apps hace que el precio sea 30% más caro para el consumidor final.
Finalmente llegamos a Facebook y a sus acusaciones de ir directamente en contra de competidores, y de usar indebidamente la data de sus usuarios para saber por qué competidores ir.
Acusaciones mencionan que Facebook adquirió a la empresa de seguridad de datos Onovo, y con ella pudo obtener data de comportamiento de sus usuarios, ingeniando una forma de ir en contra de las políticas de Android para hacerlo. Según los reportes, así es cómo decidieron adquirir Whatsapp e Instagram, quienes competían directamente con Facebook.
Además, hay acusaciones de que Facebook prohibió a sus usuarios compartir data que proviniera de competidores directos, como es el caso de Vine y sus videos cortos. Para luego sacar con Instagram una competencia directa, que si tuviese acceso directo a la plataforma de Facebook.
Aparentemente, Facebook está más que abierto a que sus usuarios compartan lo que les guste, siempre que sea dentro del ecosistema de Facebook. Este es quizás el caso más directo de los cuatro en cuanto a comportamiento anticompetitivo.
Podemos observar en todos los casos cómo estas plataformas tienen fuertes incentivos para ejercer su poder e influencia a su favor, y que sus modelos de mercados y productos están diseñados para no ser fáciles de entender.
Pocas personas fuera de estas empresas pueden entender a detalle cómo Amazon influencia las compras en su plataforma, cómo Google premia a sus propias páginas o Apple a sus propios apps, o las estrategias de Facebook para aplastar a sus rivales en la cuna. Algo muy revelador es que hoy en día el sueño de muchas fundadores de startups no es manejar una empresa exitosa, sino venderla a alguno de esos gigantes.
Incluso solo horas después de este interrogatorio público, y en medio de una de las peores crisis económicas de la historia, todas las empresas declararon gigantescas ganancias y añadieron más de USD250 mil millones a sus valoraciones de mercado, acorde a Bloomberg. Pronto podrás leer más de esto en un artículo que preparamos.
Aunque la idea de que el gobierno regule esto pone a muchas personas con los pelos de punta, la labor del gobierno puede ser importante. Incluso esos mismos CEOs están de acuerdo en que algunas cosas no se pueden dejar a la libertad del mercado, y han llegado a pedir mayor supervisión y regulación en algunos temas como protección de elecciones y sobre libertad de expresión en el internet.
Lo mínimo que debemos hacer es prestar atención y aprender más de cómo funcionan estas empresas, y el internet en general. Mayor transparencia, especialmente en un lugar como el internet que nació con la misión de ser libre para todos por igual, en mi opinión es una fuerza positiva para que podamos seguir utilizando y beneficiándonos por una gran cantidad de tiempo hacia el futuro.
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