CANVAS BUSINESS MODEL, ¿Cómo hacer un plan de negocios? - Capítulo 22. Proyecto 365
Alguna vez tuviste una idea genial. Una idea que decías: “tengo dinero asegurado, sólo necesito un dinerito (capital inicial) para arrancar y listo”. Fuiste a donde un amigo, digamos que de la universidad, que le ha ido bien en los negocios y crees que puede ser la fuente de este dinerito. Le explicas tu idea y te responde: “ok, suena interesante, desarrolla un plan de negocios y nos vemos para ver detalles” y, ¿te quedaste con los ojos cuadrados? ¿no te ha pasado? Si estás emprendiendo seguramente te pasará una historia similar.
“Es un documento que recoge las claves que nos van a permitir gestionar eficazmente nuestro proyecto, negocio o empresa. Como crear, transportar y captar valor”.
Es un modelo que nos permite de forma integrada ver hacia donde va nuestro proyecto, negocio o producto. El nombre canvas significa lienzo, así que utilizaremos este lienzo para esquematizar una fotografía completa del negocio, un viaje que inicia por cliente y terminando en ¿cómo haremos que ese negocio sea sostenible?
Alex Osterwalder e Yves Pigneur diseñaron un lienzo de gran formato para trabajar en equipos, este lienzo se dividió en 9 cuadrantes y cómo se relacionan entre sí.
Este modelo está alineado con otros temas como el Design Thinking. ¿Y cuál es el mínimo común denominador? Correcto, en centrar el producto, propuesta o servicio en el usuario. Entonces lo primero que debemos hacer es identificar ese cliente tipo de forma detallada. Por ejemplo mi cliente es un inversionista de aproximadamente 45 años, mayoritariamente mujer, sin hijos.
Mientras más detallamos el perfil o arquetipo, más fácil es encontrar sus dolencias y esto nos lleva al segundo paso.
Con el cliente bien definido e identificada esa dolencia, entonces podemos trabajar en un producto que realmente satisfaga sus necesidades, resuelva sus problemas y le sea beneficioso. Cuando eso sucede es que tenemos una propuesta que va a ser valiosa y atractiva a nuestros posibles clientes. Entonces nos podemos hacer las preguntas mi producto es: ¿relevante?, ¿diferente?, ¿creíble? Si las respuestas son afirmativas vamos por buen camino.
Esta es una tarea simple, pero a la vez compleja. Tenemos que preguntarnos ¿Cómo le llego a mi cliente? ¿Cuál es el medio más adecuado para llegar al perfil de cliente que estoy apuntando?
Imagina que quiero promocionar un reloj para jóvenes de 15 a 18 años. ¿Dónde pondría un anuncio? Con una propaganda de radio, con un mensaje masivo en Facebook o que lo promocione un influencer en TIK TOK. Si TIK TOK es la aplicación más utilizada por adolescentes, la respuesta se cae por su peso.
Muchas veces cuando hablamos de experiencia del usuario, suena como muy etéreo. Pues aquí es de los primeros lugares donde se hace tangible. ¿Qué tipo de relación espera mi cliente para el producto que estoy ofreciendo? Es un asunto de coherencia, digamos que soy seguidor de un YouTuber y quiero adquirir su merchandising, seguramente esperaría recibirlo a través de envío. O si soy una persona con tiempo muy limitado preferiría, para el mejoramiento continuo, clases virtuales en vez de presenciales.
¿Cuánto está dispuesto a pagar mi cliente por el este producto que ofrezco? ¿Cuánto pagan por productos similares en el mercado, si los hay? ¿Cuál forma de pago utilizo: efectivo, tarjeta, bitcoins? Estas preguntas tienen que ser resueltas pero que respondan a las necesidades de los pasos anteriores.
Aquí describiremos qué recursos, humanos, físicos o tecnológicos, son necesarios para llevar a cabo nuestra oferta de valor. ¿Necesitaré de espacio de almacenaje para tener stock de mercancía? ¿Necesito una oficina para reunirme con clientes o alquilar un coworking me basta? ¿Necesito una página web para mi e-commerce? ¿Necesito un equipo de trabajo? ¿De cuántas personas? o ¿El negocio no requiere personas?
Después que tenemos nuestros recursos clave bien enumerados, perfilados con nuestra oferta de valor. ¿Cuáles son las actividades o estrategias para conseguir esos recursos?
Cuando hacemos negocios, seguramente vamos a tener proveedores de servicios, socios del mismo negocio, aliados estratégicos que aunque no sean propios del negocio pueden ayudarnos a posicionarnos. Dentro de la estructura de costos, estas variables deben estar, si no definidas, al menos pensadas. Ejemplo si soy arquitecto interiorista y compro para muchos proyectos papel tapiz, pudiese negociar con el proveedor de materiales mejores precios por ser un cliente frecuente; y de igual manera si este vendedor al estar en contacto con personas que seguramente van a hacer remodelaciones, si me consigue un cliente pudiera negociar una comisión por venta o uso exclusivo de sus productos.
Finalmente tenemos toda la información necesaria para extraer los costos del proyecto. Aquí también evaluamos ¿cuáles son las más costosas?, ¿qué actividades clave o importantes para llevar nuestro producto a cabo son las más costosas? Así podemos definir ¿qué costos fijos tenemos?, ¿cuáles serían los costos variables?, ¿de qué manera podemos aplicar economía de escala?, por ejemplo, si adquirimos materias primas por volumen.
Tener un plan de negocio que podamos ver cada cierto tiempo es como un mapa si vamos al bosque. Si nos perdemos al menos tendremos en un papel que nos dirá dónde está el camino y si mi camino cambió, al menos proyectaremos cuál será mi siguiente destino.