John Goodenough es un nombre que probablemente no te resulte familiar, pero es el inventor de un invento que seguro has usado. Si estás leyendo este artículo en un dispositivo móvil, es gracias a la batería de iones de litio que Goodenough desarrolló en los años 90. Aunque no ha recibido el Premio Nobel, su invención ha revolucionado nuestra sociedad y está presente en la mayoría de los dispositivos tecnológicos que usamos a diario.
La batería de iones de litio ha dominado el mercado de la energía portátil debido a su durabilidad, respeto por el medio ambiente y alta densidad de energía. Sin embargo, en 2016 se descubrió que estas baterías podrían sobrecalentarse y explotar.
Recientemente, Goodenough, quien tiene 94 años, anunció el desarrollo de la primera batería de estado sólido en la revista Energy & Environmental Science. Trabajando con la investigadora María Helena Braga de la Universidad de Oporto, Goodenough pudo solucionar los problemas de costo, densidad de energía, duración de la batería y combustión que presentan las baterías de iones de litio actuales.
La batería de estado sólido utiliza electrolitos de cristal sólido en lugar de los electrolitos líquidos que se utilizan en las baterías actuales. Estos electrolitos se mueven del cátodo al ánodo de la batería para generar energía, lo que disminuye la cantidad de residuos producidos por el movimiento de los electrolitos que a veces causan cortocircuitos y explosiones. Además, la batería de estado sólido permite la fabricación de baterías con ánodos y cátodos de metal alcalino y utiliza sodio en lugar de litio, lo que reduce los costos y es más fácil de extraer.
La tecnología de Goodenough y Braga tiene el potencial de triplicar la densidad de energía de las baterías de iones de litio, con un menor costo, mayor seguridad y esperanza de vida. Además, la mayor capacidad de almacenamiento de energía permitiría a los vehículos eléctricos recorrer más kilómetros antes de necesitar ser recargados, lo que representaría un ahorro significativo para los consumidores de petróleo y conductores en Estados Unidos.
Para las empresas automotrices, esta tecnología significa una gran caída en el precio de los autos eléctricos y un cambio irreversible en la economía global. Goodenough y Braga continúan trabajando en su investigación relacionada con las baterías y esperan trabajar con los fabricantes de baterías para desarrollar y probar sus nuevos materiales en vehículos eléctricos y dispositivos de almacenamiento de energía.
En resumen, la batería de estado sólido de Goodenough y Braga tiene el potencial de cambiar la forma en que almacenamos y utilizamos la energía en todo el mundo.