Hoy es un día de esos, donde no tengo muy clara la película. ¿Por qué hago esto y no aquello? ¿Será que quiero continuar haciendo lo que hago? ¿Por qué no dejo todo y me consigo un trabajo “estable”? Si eres emprendedor y no te entran estas dudas de vez en cuando, te informo que te va de maravilla, pulgar arriba, ¡lo estás haciendo genial! En cambio si estas dudas te pasan por la cabeza, te informo que es muy, pero muy normal. Te cuento lo que está pasando mientras tomo esta taza de café.
Hay una palabra en inglés que por su sonoridad creo que se acomoda mejor a la palabra en español y es “lazy” (perezoso). Es que nuestro cerebro es un pillo que está diseñado para trabajar eficiente, en pocas palabras, está buscando siempre hacer las cosas con el menor esfuerzo posible. Esto es un hecho biológico y que permite nuestra supervivencia, pero innegablemente afecta nuestra conducta hacia el trabajo.
Y es que planteo lo siguiente: ¿Quién es capaz de vivir todo el tiempo 100% feliz tratando de complacer a clientes difíciles, colaboradores (que de colaborar sólo la palabra) o proveedores de servicios que te meten en apuros? Correcto, no es posible. Entonces ¿qué sucede?, nuestro lazy amigo nos dice al oído “deja lo que estás haciendo, es aburrido”; “por qué sufres, busca una batalla más fácil que lograr”.
Una vez hablando con uno de mis amigos de toda la vida, que es psicólogo, en un momento bastante complicado, le dije “necesito ayuda de un profesional, tengo un problema”. Cuando nos encontramos me dice “cuéntame qué te sucede” yo le enlisto no un problema, una infinidad de problemas. Después de rato hablando, me interrumpe y dice: “ahora cuál de los problema que me has contado no tienes una solución posible”. Realmente después de hablarlos y verlos por separado no parecían tan imposibles de solucionar y es que el sólo hecho de salir de donde estaba, cambiar de ambiente, hizo que los problemas se vieran menos como gigantes y más cómo molinos de viento.
Algo similar ocurre mientras escribo este artículo, levantarme, ir a un café, cambiar la dinámica, hacer mi lista de pendientes y tener una idea vaga de cómo solucionarlos, me ha permitido cambiar ese estado gris de ánimo, por uno un poco más brillante y optimista.
Y es que el emprender hoy día está muy de moda. Parece que esa algo a lo que todos estamos llamados mágicamente y se ha pintado como que es una tarea fácil. Ideas como “es que eres dueño de tu tiempo” te informo que tu emprendimiento es co-propietario de tu tiempo también. Esto es un shock importante, pero solucionable, siempre que tengamos consciencia que existirán momentos mejores y peores, que tendremos derrotas y victorias.